Esta parte solo es una especie de prólogo, que narra anécdotas que ocurrieron después del capítulo anterior. Más concretamente en el cumpleaños de ella, su quince años, el 21 de Noviembre del corriente año.

    Él no podía superar lo que pasó, pese a ya haber pasado varios meses no podía entender como algo que juró duraría para siempre ya eran solo recuerdos, felices pero recuerdos en fin, sin importar que fueran felices o no a él le provocaba sentirse mal, el solo hecho de ver como ella se alejaba mas y mas después de haberlo bloqueado. De todas formas el intentaba seguir su consejo, ¿Recuerdan?

—Voy a volver, no pierdas las esperanzas,no me intentes buscar, lo hago por mi bien... Todo va a estar bien, te lo prometo. Necesito arreglar mi vida antes de seguí así...Te voy a buscar yo, ¿Si? No llores, mira a la luna, a las estrellas. Yo se que podes Ale—

    Siguieron su vida, ella con muchas cosas en su cabeza, con el tema de su novio, de sus materias, de que se aproximaba la fecha que cumplía quince años, el 21 de Noviembre. Expectante ella de todo lo que ocurría alrededor de ese tema, la tenía muy ocupada, el lugar, las mesas, las sillas, los manteles, las telas, las luces, las decoraciones de los vasos, para los postres, la torta,  y lo mas importante, su vestido, su cabello, la base, todo el maquillaje que ella iba a usar para ese día tan especial, por lo menos para tener recuerdos toda su vida.

    Por otra parte, el siguió intentando, como ya dije, seguir sus palabras, confiar en quien ya había entregado tanto, en un solo año, a esa persona que nunca le había fallado, ni mentido si quiera, que intento siempre no ocultarle nada, y de hecho contarle todo solo para saber su opinión, porque aquello siempre fue importante. Tratando de no pensar tanto en como se terminó todo intentó hablar con mas gente, conocer a mas personas que puedan hacerle feliz, por lo menos un tiempo, hasta que vuelvan, siempre esa fue su esperanza la que permanecía ante todo. Y así lo hizo, un tiempo pudo ser feliz sin recordar que "su mejor persona del mundo" que "prometía estar para siempre" ya no lo hacía, ya no compartían si quiera mensajes, ya todo era un simple recuerdo mas de su preciado libro. Así fue hasta que era inevitable pensar que llegaba la fecha, llegaba su cumpleaños, él tenía dudas de saludarla o no, porque claro, ¿Qué le iba a decir? ¿Cómo? Al fin y al cabo, ¿Para qué?.—¿Será todo en vano un mensaje dicho a las 00 el día 21? ¿Será que ella me escribirá a esa hora?, de hecho, ¿Por qué me escribiría? Que estoy diciendo— esta era su mente ya una semana antes , y todavía no podía decidir, con la mente no podía, porque en su corazón quería ir hasta allá, aunque sea un momento para darle un abrazo de esos que no hace falta decir que lo mucho que la extrañaste, de aquellos que te hacen sentir seguro, que te hacen poner la piel de gallina, un abrazo de la talla que ella podía merecerlo. 

    Llego el día, era el día 20 del corriente mes, Noviembre, y mas o menos para las 9 PM tenía su mensaje escrito, lo que no estaba seguro era algo tan simple como mandarlo o no, decidió hacerlo, total, ¿Qué mas podía perder no? ¿La dignidad? Él prefería perder eso antes que a una persona como ella. Tal cual su reloj cambió a las 00:00, el día 21, le pegó el mensaje en una conversación que ya tenían en Twitter, los mensajes directos para quien lo conozca, pero, no puso lo que tenía preparado, si ella nunca lo buscó, no iba a hacerlo ese día, y menos a esa hora, lo único que le dijo fue que la extrañaba muchísimo, que no era lo mismo sin ella, aparte de las felicidades y éxitos que le deseaba en su vida. Como fue de esperar, ella no respondió, si quiera leyó el mensaje, como si él no existiera, como si fuera invisible ante su vida, o tuviera que serlo. 

Él vio las fotos que subían en las redes sociales, de su fiesta de quince, que fue el día 27 del corriente mes. No supo nada de ella hasta entonces, que era bastante evidente que no iba a celebrar la fiesta un día Lunes, cuando esa misma semana tenía un fin de semana largo.

Y volvemos al principio, "Su corazón no pierde las esperanzas, pero es difícil explicarle eso a la mente, y dejar de recordar eso que le hace tanto mal". La vida es constantemente eso, superar cada obstáculo, cada dificultad, cada problema, siempre seguir adelante, a él por ejemplo le gustaba mucho el dicho "Solo se llega rápido, pero acompañado se llega más lejos". No es por nada en especial, es que, uno piensa, ¿Por qué tengo que dejar que la vida me pase por encima? ¿Que un problema me arroye? ¿Que cualquier dificultad me destroce? ¿Por qué tengo que dejar de avanzar? Llegar a la meta o no es lo que separa a la gente que realmente se esforzó con la que no, y esa meta no significa tener a alguien o a algo material, significa cumplir tus sueños, tener esperanzas de que algún día vas a ser ese compositor de música que tanto soñaste, o ese arquitecto que tanto te esforzaste en ser, y vas a ver, cuando estés en la cima, que valió la pena esforzarse tanto en esa materia del colegio que parecía tan difícil, ese programa de la facultad, esa noche que no pegaste un solo ojo por completar alguna carpeta, al final, siempre vale la pena. Y no dejes que una persona acabe con estos sueños, nunca, ni tampoco que esta persona lo sea, o si no que sentido tiene, Y si lo cumplís rápido, ¿Que haces después?. No te pongas una meta muy alta desde el principio, ¿Por qué?, porque si vas a empezar a cumplir tus sueños, es mejor que comiences de a poco, es como todo, cuando construis una casa no la vas a terminar en un día, ni tampoco en un ladrillo, lleva tiempo, y tu primer objetivo siempre va a ser poner un ladrillo, la mezcla, otro ladrillo, y así, hasta conseguir lo que realmente buscabas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Pienso escribir alguna otra obra? Me gustaría en un futuro, no solo por que me encanta escribir, si no porque quiero mejorar en cuanto a escribir alguna historia, realmente tener al lector enganchado en la misma, y que no deje de leer, que tenga giros argumentales que te hagan sonreír, llorar, que cause algo más que solo leer un libro.